viernes, 15 de octubre de 2010

Paso horas armando poemas en el aire
contando sílabas, degustando rimas.
De vez en cuando encuentro el soneto perfecto;
le hago una reverencia, le regalo una lagrimita,
y mientras lo sostengo apenas con mil hilos
le prometo un hogar, le prometo realidad.
Al final termina perdido en el techo,
en la almohada, en un basural.
Todas mis rimas en el aire,
toda mi métrica hecha agua.
En el techo termino yo al final;
golpeada mi cáscara por mis ritmos fantasmas,
magullada mi yema por la sangre palpitante
y recogida en mí misma debo confesarle,
desfalleciendo de pena, ¡pobre bebé errante!:
no puedo darte hogar, si no encuentro realidad.
"... porque he de ser,
en su conquista amorosa,
mujer para darte quejas,
varón para ganar honras."

lunes, 11 de octubre de 2010

Gente que falta, falta, falta.


Y a nadie le interesa escuchar sobre sueños cumplidos.

domingo, 10 de octubre de 2010

Estaba leyendo el blog (porque suelo leerlo repetidas veces) cuando me detuve en el nombre. Nombre que elegí, así, queriendo un poco de azar, jugando un poco a no pensar.
Alarcón. Un apellido que suena de más aristocrático. Lo cierto es que no sabía que existía hasta que lo leí en un ensayo de Sábato... porque alguna vez intenté leer un ensayo de Sábato... y corrí a la computadora a contarle a mi amiga virtual: ¡Érika, Érika, encontré tu apellido en un libro!
Entonces me acordé de Érika. Claro, qué curioso, pero tan curioso no es. Érika fue quien, de manera puramente casual, me llevó a las puertas de Lacrimosa. Digamos que me tiró el pincito de la banda desde un piso cuatro mientras yo estaba rastrillando el pasto con los dedos en planta baja.
Y a partir de ella, que Dios sepa dónde está ahora, porque no la vi (conectada) ni hablé más, aunque a lo mejor ahora que lo pienso en algún momento la borré para evitar esa incomodidad que conocemos nosotros los de la generación del Messenger de saberse con otro online y mudo, online y no tengo ganas de hablarte, y si llegamos a intercambiar unos saludos es menéster que nos disculpemos de alguna forma para fingir una distancia física de la computadora que nos impide realmente establecer una conversación como las de antes, porque antes hubo conversaciones fascinantes y enroscadas y que duraban hasta altas horas de la mañana y nos hicieron creernos conectados más allá de lo virtual, a partir de ella, como decía, mi cabeza dio un par de tumbos camino a lo que es hoy. Algo distinto a lo que venía siendo. Qué sé yo, ya son cinco de los diecisiete años que Lacrimosa va adentro mío y es grande el lugar que se hizo. Para no olvidar. Para vivir.
Así que todo esto me trajo al pensamiento de que en realidad este blog vendría a ser una especie de homenaje a esta chica, esta mexicana hoy anónima que estudiaba algo, algo... Que trabajaba en algún lado... Que tenía una hermana cruel... Y un homenaje al azar, al azar de mentira que me llevó a evocarla, y al azar de Internet que tendió las redes que unieron fugazmente mi camino al de ella. Y a Lacrimosa, aunque a veces me canso y me da hasta algo de vergüenza repetir el nombre, Lacrimosa. Qué tonta, ya va a pasar.
Ah, y también quería comentar: nócralAlarcón es un maravilloso capicúa (idea originaria también de Érika) que quise escribir con esa A en mayúscula. Porque así realzo, vieron, mi manía por la simetría, reina del orden que tanto odio.
Saludos.

martes, 5 de octubre de 2010

Si al hombre lo quiero por su voraz anhelo
al hombre no culpo por su ciega búsqueda
Si al hombre lo quise por su feroz deseo
al hombre no culpo si me quiere su presa

Si del hombre admiré la hombría
del hombre aceptaré la vanidad
Si del hombre adoré la fantasía
del hombre volveré a la realidad

Es hombre el hombre que amó
y amé a un hombre colmado de amor
Congéleme para siempre quien al mundo me lanzó
yo ya le he dado al hombre todo mi calor

Si feliz en sus brazos lloré de paz
perdono la guerra que lastima mi andar
Si fui víctima y sólo así plena de más
bendigo a mi verdugo y su dulce matar
Desesperada, temblando
sola en el frío
- de noche, cómo no, siempre de noche -
las lágrimas congelándoseme en los ojos que como cuencas
quieren llenarse de luna nueva

Y la incertidumbre presente
de la ausencia de la mente
de mi ausencia en tu mente
de mi mente hundida
en tu ausencia clemente

Ah, por qué,
yo quiero
llorar toda mi sangre
quiero ser sangre fría
quiero despedazarme a mordiscos
víctima de mi voraz
hambre de vivir...

Que esta noche llore el mundo
sobre mi cuerpo desesperado
que el llanto acaricie las heridas
y mi sangre se alíe a los ríos que me arroyen
que esta noche pase rápido
rápido lave el mundo mi ceniza
¡Ah, por qué
se me habrá ocurrido
por un día
vivir!