viernes, 25 de noviembre de 2011

Ok me equivoqué.
Todos necesitamos drunk ourselves to sleep de vez en cuando.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Te abrazo porque me hacías falta,
obnubilación del pensamiento.
Te abrazo aunque tenga que entregarte
para siempre porque no me pertenecés,
porque me hacía falta un pecho,
un par de brazos, esa mirada...
un sostén, un importar, un ser escuchada...
Te abrazo y te mantengo un instante
en el paladar:
Esto es por única vez,
es como un sueño
y postergo el despertarme
porque me hacías falta;
hace mucho tiempo quise y me quisieron
y se me aguó en lluvia el recuerdo
y murió ya el calor que me dieron
y hiela acá adentro. Y te quiero...
¿Qué hace uno con esta ansiedad?
Me olvidé qué se hacía.
Qué curioso: verano, otra vez verano,
y amor, otra vez amor.
¿Se repetirán todas mis historias?
Más bien estoy observando
que reaparecen en forma de refritos,
como pantalones cosidos de a parches
de esos vagabundos de Disney.
Pedazos de historias de mi pasado
se combinan de nuevas formas
y me están armando este camino
lleno de nostalgias y viejos miedos
y viejos enojos y dolores...
Y sobre todo la misma hermosura
vieja que vi en el pasado,
vuelve. Vuelve con el verano.

Se armó con el nombre de aquél,
con la mirada de ese otro...
Tiene la vida de éste,
las palabras de... Todavía no sé
de quién son las palabras que habla.
Pero sí tiene la lengua de él,
su tono, cuando mueve los labios
y vibra su garganta, su tono sensual
y sabelotodo,
y el color del pelo,
se parece a él.
Se parece a él.
Todo es un revuelto de él.
Todo es él, él, él, que vuelve.
Volvé, volvé... Te quieren imitar.
Mi vida te quiere imitar.
Y vos sos uno solo...
El que no me puede mirar.
El que no me puede extrañar.
El que nunca pudo ser.
El que fue, sin embargo, el que fue
sin tener que haber sido
y que nunca más va a ser...

domingo, 20 de noviembre de 2011

Son las tres y diecinueve am de mi primer domingo de vacaciones y estoy más despierta que enun examen. Hace cuatro horas que alterno entre mirar las paredes de mi cuarto en penumbras e intentar hacer algo para que me agarre desprervenida el sueño. Intenté surfeando la web a lo largo y ancho, perdiéndome en los sitios más absurdos e inútiles hasta que me ganó el hastío y pensé haber conseguido ese soplo que me apagaría durante un buen par de horas. Pero me equivoqué, porque no funcionó. Y al rato intenté escuchando música; un par de temas algo melancólicos que podrían alcanzar a la deriva de mis pensamientos y hamacarlos en un compás amansador, dándome por fin la calma y el silencio de mi cabeza que dejarían dormir. Pero no funcionó: me hallé de nuevo de cara al techo pasándome nerviosa los dedos por el pelo. Así que intenté dibujar; en realidad no intenté nada: dibujé, porque vencida, sólo buscaba ya desahogar de alguna manera lo que llevo adentro y me come la cabeza y estruje el corazón y no me quiere dejar en paz.
Dibujé algo bastante lindo, a pesar de tanto tiempo fuera de práctica, lindo porque no sé cómo, logré que se pareciera un poco a él. Porque dejé que no importara que sea raro, ridículo que se me de por retratarlo de memoria un domingo a las tres am, dos días después de haberle visto la cara y esa expresión en la cara. Las cejas son algo más anchas, los labios sonreían más amplios... Y los ojos, son agudos, tienen algo de sopranos, en la manera de reír, de mirar con el ceño relajado. Pero sí, a fin de cuentas salió batante bien, y sonreí yo mientras dibujaba su sonrisa, y sonreí cuando lo di por terminado y lo observé. Me creí medianamente satisfecha y cerré los ojos de nuevo.
No puedo. No puedo conciliar el sueño. ¿Sabés qué hice? Prendí de nuevo el iPad -esto de que se prenda y apague tan instantáneamente beneficia a mi locura- y busqué sus fotos otra vez, para tratar de ver de nuevo esa sonrisa, esa expresión... Qué falta de coherencia que es esta noche, esto que pienso y siento... Hacía un rato habían empezado a cantar unis pájaros, ¿Pero cómo si todavía ni son las cinco? Ahora volvió a llover.
No sé, es lindo. Es algo. Y lo peor es seguir intentando descifrar qué pasó esa noche, hace dos días, cuando lo vi sonreír así. Sonreírme así.
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