jueves, 27 de octubre de 2011

A light pulse
a shock impact
the feeling lasts
a mind extract
“don’t go there”
my spies aware
sit as a light in a candle stick
sense every of her licks

Tonight you will desert me
tonight they will set you up
from the other side
where they will see
you kissing someone else but me
pleasing someone else but me
deceiving someone else but me

martes, 25 de octubre de 2011

Repaso el recuerdo una y otra vez,
de vez en cuando, cuando me acuerdo.
Y de repente me encuentro con un bache:
no tenés cara, sos una pared en mi recuerdo.

Porque no me miraste a los ojos
y porque yo no busqué los tuyos
sabiendo que no querías verme
no tenés cara, sos borrón en mi recuerdo.

Tengo un torbellino de brazos, y piernas,
y algunos besos rasgados y el ritmo,
la velocidad, la fugacidad, la prisa.
No tengo nada más, cada vez que me acuerdo.
Las cosas más simples son las más bellas
Pero las cosas bellas
son viejas y grises
y se descascaran como paredes antiguas
de una parroquia olvidada
Las cosas bellas no son tan bellas
porque hoy no brilla nada,
hoy lo cubre todo la nube de lo lúgubre.
¿Creés que podría morir desangrada por esta herida?
Parece un goteo eterno, fino, callado. Pero persiste.
Creo que no va a cerrarse.
Veré cuánto alcanza la sangre.

domingo, 23 de octubre de 2011

En parte no quería dejar de sangrar.
Esa sangre eras vos, y yo no podía llorar.
Ahora parece que cicatricé, ya no hay nada rojo acá.
Pero me resulta más creíble pensar que una hemorragia masiva interna
Me está intercambiando años por minutos.
¿Que viviría cincuenta, sesenta más...?
Desde anoche vivo mi hora fúnebre.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Aquél que abre las puertas de su alma
a galerías vacías,
salas a oscuras,
cuartos abandonados.
Aquél que abre los brazos y ofrece el pecho,
habla su alma
y cierra los ojos
esperando el golpe.
Aquél que se desnuda en un lienzo
se confiesa en una nota
se redime en un plié
ante el mundo.
En un mundo ciego, sordo e indistinto
aquél que habla solo,
aquél es un artista.
El día quiso
que despertara en otro mundo
en el que faltaba tu sabor
y tu silencio era la indiferencia
que inundaba las habitaciones
y se colaba por las puertas
y sonaba a nada, a la nada misma.
El día quiso
que despertara entumecida
que no recordara tu nombre
que no existieras en los diarios
que registran mis sueños
de día.
Y el día quiso
o más bien quiso el tiempo
de quien el hoy no es más que un preso
que la mañana sucediera a la tarde
y que yo despertara de nuevo
en un mundo donde tu ausencia
añica los vidrios,
golpea las puertas,
aúlla tu falta,
ocupa los cielos
echándole sombras al sol.