lunes, 28 de junio de 2010

¿Y si no nos cubrieran las ropas y
paredes no formaran edificios?
¿Y si el niño, libre como naciera,
gateara y cantara a su manera?
¿Andaríamos los hombres los caminos de los hombres o
retozaríamos en los claros de los bosques
de los suspiros unos a los otros adueñándonos?
Me pregunto si no tuviéramos padres,
ni tíos, ni hermanos, ni ex esposos,
detendríamos las pasiones condenadas,
las hambres prohibidas, los llantos
muertos de vergüenza, los gritos de placer.
Los gemidos. El incesto. ¿Existiría?

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